jueves, 18 de abril de 2013

18 unidades de tiempo en Dindefelo

Estoy de vuelta, yo mismo, pero de manera mejor (Moi meme, mais reussi) **

Por cuarta vez he pasado tiempo en Dindefelo, a los pies del plateau que supone frontera entre Senegal y Guinea Conakry. Esta vez han sido 18 días, más tiempo, mayor intensidad. He conocido aldeas remotas y miradores de cuento del siglo XVIII. Pero sobre todo, he conocido gente. La realidad permanece, los primates cambiamos.

Debemos ser conscientes de que los adelantos tecnológicos que nos rodean nos han permitido, básicamente,  disponer de tiempo. Una mujer africana con una lavadora, un lavavajillas, un grifo con agua corriente, luz eléctrica, una cocina y utensilios de peluquería dispondría de 6 horas diarias extra. Éstos son conceptos básicos de los que disponemos en nuestro mal llamado primer mundo y no entro a valorar otros adelantos, como la industrialización. ¿En que emplearían ese tiempo? ¿En que empleamos nosotros ese tiempo? ¿Realmente importa? Siempre que vuelvo de África traigo la maleta con más preguntas que respuestas.El camino es tortuoso y el objetivo es difuso pero, a los lados del sendero, veo luces, veo estrellas. Han sido 18 días fantásticos en Dindefelo (25 en Senegal), sin Internet, sin comida rápida, sin noticias de España, sin la crisis, sin Whatsapp, sin tiendas, sin cafeterías... Todo se ama y todo se echa de menos pero el tiempo pasa y pasa de la misma manera.

Los ritmos en esa esquina de Senegal, son bajos, achicharrados quizás por el calor. Normalmente me despierto con la llamada a la oración de las 5 y media de la mañana que viene sucedida por la impronta del gallo de Ahmmadou, mi anfitrión. Tras desayunar, con total tranquilidad, voy haciendo lo que toque en el día (reuniones, visita a proyectos, turismo), ocupando la mañana. Tras la comida (siempre arroz con alguna salsa, cacahuete, Jako) siesta y visita a la cascada. por la tarde cerveza y un bocadillo de huevo o tortilla 8o cous cous alguna vez). Y siempre compañía. Solamente eso. Nada más que eso. Nada menos que eso. Desintoxicación física y espiritual, siempre con el horizonte de Yakaar Africa y los proyectos pero aprovechando el tiempo para salirme de la espiral de imbecilidad y ausencia de valores de España y de los españoles.

Vamos reentrando poco a poco y marcando el horizonte.

** François Mauriac, cuando le preguntaron que le gustaría haber sido contestó ésto, algo así como: Yo mismo, pero de manera excelente.




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